Ir al contenido principal

El juego

Los "ejercicio-juegos" dependerán supongo de la lesión que tenga cada bebé. Está comprobado que la neuroplasticidad existe y por eso es tan importante estimular a nuestros pequeños desde temprano, cuando son bebitos.

Estimularlo parece una pavada, algo lúdico y relajado, hasta que ves que hacés 78912463 veces lo mismo y él sigue haciendo exactamente lo contrario. Para un padre o una madre puede llegar a ser frustrante, para mí muchas veces lo es... pero lo bueno es que ellos, eso, no lo saben. Y lo muy bueno, también, es cuando te acordás de que es tu hijo de 10 meses que quiere jugar con vos. Punto. El momento es ahora; por eso, si el ejercicio sale, buenísimo, y si no sale, bueno, respetémosnos. Disfrutemosnos. Crecen muy rápido, demasiado rápido.

"El cerebro del bebé es plástico", me aseguraron las paramédicas que atienden y tratan día a día a mi hijo. Lo mismo nos aseguró el neurólogo. Realmente, sea o no plástico, mi hijo va avanzando gracias a un trabajo diario. "No es algo para preocuparse, pero sí para ocuparse", fue otras de las frases top trend del médico que atiende a Mateo. "Lo importante es que su cabecita siga creciendo bien como hasta ahora", última frase que odié con el alma hasta la fecha porque me llena de miedos y fantasmas, pero qué voy a hacer. Hacerlo gatear. Hacerlo caminar. Eso voy a hacer. O mejor dicho, haré todo lo que pueda para que lo consiga. Después, lo que tenga que ser, será y estará bien. Pero viejo, mientras su cabeza crece a la perfección, yo laburo, yo me ocupo.

Vuelvo a Mateo. En la evidencia clínica de su día a día podemos ver cómo está. Es así. Qué hace y qué le cuesta. Y eso es lo que realmente importa.

Algunos juegos que estimulan su desarrollo motor y le facilitan el uso de su hemicuerpo izquierdo (en todos ellos, lo fundamental para nosotros es cuidar su postura, algo que aprendimos y vamos aprendiendo día a día):

  • Hacerlo rolar. Asistídamente o no. 
  • Con cada cambio de pañal (por ejemplo) o cuando está boca arriba y relajado, invitarlo a que se tome sus pies con las manitos en forma cruzada. El otro día le cosí un par de cascabeles a unas medias que tiene de colores y eso ayudó. El ruido le gusta y llama a que se las quiera quitar.
  • Cosquillas. Siempre son geniales para que cierre o abra sus piernas, para que contraiga el abdomen y levante la cola. Y Mateo por suerte tiene muchas cosquillas.
  • Si está sentado, ofrecerle un juguete o un juego alto para mantener su postura.
  • Si está boca abajo, desde atrás flexionarle una de sus piernas y asistirlo en el arrastre. Al gordo le cuesta mucho aún arrastrarse boca abajo, pero lo consigue. Es cuestión de tiempo, de amor que acá sobra... y de mucha paciencia.
  • Animarlo a que rote el tronco primero y después sus piernas. 
  • Masajes: siempre ayudan. En los pies, en sus piernas, en rodillas, en sus bracitos, en los codos.
  • A Mateo le cuesta más usar su mano izquierda, por eso, en el día a día hay que fomentarle que la use. Ya entiende cuando le decís "con la otra mano" y él solito estira y abre la izquierda para jugar. 
Creo que en esto de los juegos y si es por verlos avanzar, la creatividad abunda. Es increible la cantidad de alternativas que hay. La gelatina por ejemplo. Los libros con texturas y ruidos. Los pisos de goma eva que ayudan a que si se cae, y bueno, se cae. 

Más allá de los ejercicios, le damos también su espacio para que haga lo que se le antoje y como pueda. Es un bebé. A veces eso se me olvida... Es dificil. Ustedes me entienden. Pero se puede. El otro día, por ejemplo, vi cómo jugaba con sus dos manitos: se entrelazaba los deditos de la izquierda con los de la derecha y nada, por supuesto que empecé a llorar de emoción. Él. Solito. Mirándose las manos. A los 5 meses Mateo tenía su mano izquierda con pulgar incluido cerrada, muy pocas veces la abría. TODO era con la derecha. Y ahora la va incorporando. Es milagroso. Es la neuroplasticidad. Pero también es nuestra dedicación diaria como padres, nuestra asistencia permanente. Es un logro compartido. Un logro feliz.

Parece que no lo harán nunca, como diría mi mamá, pero un día van y lo hacen. Y la satisfacción es enorme, más en nuestro caso. 
  


Comentarios

Entradas populares de este blog

Vivir con leucomalacia periventricular

La verdad, recién empezamos. No tenemos idea de cómo es vivir o, mejor dicho, convivir con la leucomalacia en la mesa familiar. Además, nos parece un término médico horrendo y difícil de comprender. A "leucomalacia" encima se le suma otra palabra más horrenda: Periventricular. Parece una joda. Demasiado complicado hasta para pronunciarlo, pensás, pero después te encontrás memorizando cada sílaba y te volvés vocera n° 1 del término: Leucomalacia periventricular . Al principio lo escribís mal, pero Google te lo encuentra igual y maldecís la exactitud del motor de búsqueda. Descubrís que hay poca información al respecto, que en general se da en bebés extremadamente prematuros o casos mundiales en los que son a término pero lamentablemente sufren algún tipo de falla cardíaca o renal. O, por qué no, en el tuyo. Nosotros Somos papás jóvenes, o eso creemos. No llegamos a los 33 años y hace casi 11 meses que fuimos padres primerizos de un bebé hermoso. Pesó poco y eso nos asustó...

Constanza Orbaiz: "La persona siempre es mucho más que un diagnóstico"

Constanza Orbaiz, psicopedagoga Hace unos días que encontré y se hizo pública y viral esta joyita que acá también comparto. Por joyita me refiero al video que ven a continuación. Se trata de una psicopedagoga con parálisis cerebral que cuenta su historia de vida, cómo convive con su discapacidad, qué hace falta hoy para comprender que la diversidad necesita un espacio en el que todos podamos ser como somos , sin tener que parecernos a nadie, nos lleve el tiempo que lleve, entre otras sentencias que hacen único y moderno a su discurso.  Amé cada palabra de Constanza Orbaiz. La amé, agradecí y celebré haberla encontrado, que viva en Martínez, que sea argentina, que tenga mi edad, que tenga una parálisis cerebral y que, costeando sus dificultades y remando cada desafío que tuvo que afrontar haya podido estudiar, hablar, caminar, recibirse, y lo que es más admirable, trabaje hasta hoy ayudado a otros para que ellos también "puedan", como dice en su conferencia.

Carta a mi hijo mayor, a mi regalo de Dios. A Mateo.

Quiero pedirte perdón por ser tan hincha pelotas a veces. Sí, así como lo leés: hincha pelotas. Me transformaste en una mamá llena de desafíos y felicidades. Gracias Mateo por haberlo hecho. Gracias por confiar en mí, por tu amor, por esa sonrisa maravillosa de todos los días, por los abrazos y los besos con ruido, por esa mirada luminosa que se te enciende cuando llego a casa o te busco en el jardín, o ves llegar a papá.  Te aseguro y perjuro que hago lo mejor que puedo y, creeme, que todos los días pienso en cómo hacerte feliz. Te aseguro también que si pudiera quitarte la lesión motora con la que convivís a diario lo haría sin dudarlo, claro que sí. Pero no puedo, y además muy probablemente no deba hacerlo. Quizás con el tiempo comprendas lo que quiero decir. Todos tenemos un propósito en la vida. Aunque a veces cueste verlo de esa forma. Vivir es muchas veces enfrentarse con situaciones retóricas que por lo general nadie entiende bien del todo por qué ocurren. No todo tie...