Cuando tengas dudas, vení a este
post.
Nadie podrá decirte o contarte tu
historia mejor que tu madre o tu padre. Nadie. Eso mismo le digo a Clara y eso
mismo me han dicho mis padres cuando me criaron. Y tenían razón.
Cuando tengas dudas, te sientas
raro o confundido, dolido o sorprendido, cuando estés terriblemente satisfecho por
algún logro, por favor, leé este post. Aún sos muy pequeño, tenés apenas 6 años,
pero hemos recorrido muchos caminos desde que naciste. Y escribo “recorrimos”
porque el camino familiar se hace en conjunto.
He crecido mucho a tu lado, me
enseñás todos los días y me codeás con personas nuevas, situaciones
energizantes y estimulantes que, por suerte, me han mejorado. Hoy, creo, soy una mujer que se conoce más a sí misma y que puede ser plena en esa idea.
Gracias por eso.
Mateo, vos caminaste por primera
vez sólo, es decir, sin sostén, a los 2 años de edad. Te sentaste sólo, por
primera vez, un 24 de octubre de 2016, al año y meses de edad. Balbuceaste
desde siempre pero había temor por tu habla, aunque en el fondo siempre supe,
siempre, que hablarías bien. A los 5 años empezaste a leer, sólo, sin
asistencia de nadie. Sin instrucción escolar (porque a esa edad en el mundo hubo
una pandemia que nos obligó a todos a dejar, entre otras miles de cosas, de asistir
al colegio). Luego de tu segundo botox pudiste saltar sólo, sin sostén, a los 5
años de edad. Sabemos que en algún momento habrá una operación correctiva, y eso me desvela, pero me
tiene segura de que el camino lo agoto y hemos agotado para que tengas todo lo que
existe a la fecha para que puedas llevar una vida autónoma. Las operaciones
son caminos para que estés mejor. Un montón de cosas no deseadas también son caminos
para crecer y estar mejor. Paradójico, pero así es la vida.
Quiero que sepas que: no todos
tienen el mismo panorama ni evolución, aunque en su CUD lleven un diagnóstico
que se pronuncia igual. Los diagnósticos tienen el deber de trazar direcciones
a los que asisten o acompañan a las personas que los tienen, pero no definen,
ni califican o entierran a nadie. Las personas SIEMPRE somos mucho más que un
miedo, un diagnóstico, una enfermedad, una discapacidad, una orientación religiosa, una raza, o una
elección sexual. Las personas no venimos necesariamente a estudiar, a casarnos con el amor de
nuestra vida y a tener hijos, o a comprarnos la casa de nuestros sueños... Las
personas venimos a ser libres. Pero ojo, ser libre no es hacer lo que quiero, es trabajar en nosotros mismos para descubrir quiénes somos y en qué somos mejores. En ese camino, tenemos la responsabilidad
de identificar cuáles son nuestros talentos o habilidades y desarrollarlas. Las personas venimos
a amarnos y a amar a los demás como son y, sobre todo, venimos a trabajar duro por nuestros
sueños. Si tu sueño es estudiar, lo harás. Si tu sueño es viajar, trabajarás para eso. Si tu sueño es tener hijos, lo harás. Si tu sueño es casarte, comprarte la casa de tu sueños o el auto automático, también lo harás. Si tu sueño es predicar o
vivir en una casa rodante, también lo harás. Lo importante es poder buscar y comprender tu ser, así tengas que estudiar el mundo entero y a vos mismo para descubrirlo... no hay nada más demandante y hermoso en esta vida que cultivar un saber y creer en uno mismo. Seguir los sueños no es algo fácil, para nadie. Hay mucha renuncia
y malas miradas en ser libre. Por eso, es importante que también sepas que:
No olvides el enorme esfuerzo que has hecho, hacés y harás. Incluso más que la mayoría. Eso, sin embargo, no te hace especial, superior, ni un angelito de luz, ni alguien que nació para batallar a la vida cual guerrero, porque la vida se disfruta. “La humildad está en los grandes”, dicen, porque los grandes no necesitan ufanarse por sus logros, porque les alcanza con mirar para adentro y mimarse. Aunque cueste sangre, sudor y lágrimas, la vida siempre vale la pena, renuncias, o grandes esfuerzos. En ella también mejorás, evolucionás, amás y elegís.
Perdonarte por no poder, o poder de otra forma no tiene otra finalidad que esa misma: la de perdonarte. Es decir, no exigirte tanto, porque vos, como sos, das todo y agotás toda posibilidad. Y además, y como bien dice tu padre , cada uno tiene su camino.
Y elegir, Mateo. Siempre vas a poder elegir (algo que creo firmemente y va también para tu hermana Clara), aun en situaciones extremas y de gran demanda física, mental o espiritual, cómo vas a sentirte frente a eso que te toque vivir. Elegir perdonarte, elegir amarte, elegir confiar en vos o en alguien. Elegir ser agradecido, elegir respetar a los demás como son, elegir pensar en el otro, elegir la bondad, la ternura, la prudencia o legalidad, la templanza, la diversidad para la igualdad, la fraternidad...
Elegir, elegir. Esa es la actitud y la diferencia en todo.
Este post lo escribe tu madre.
Como mamá y como persona, y como verás, te hablo no sólo desde tu espasticidad sino
desde tu persona, desde tu ser. Te amo hijo, los amo a vos y a tu hermana con todo mi corazón, y la vida es un regalo maravilloso que hay que honrar, cuidar y ejercer. Y además, es tuya.
hola!.. estoy buscnado información para una amiga.. vos tenés algún especialista para recomendar?! alguien del fleni?! o cual sería el lugar ideal? gracias
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