Caminar.
De eso se trata, entre otras tantas cosas, esa acción humana que llamamos "moverse". Porque el que se mueve está vivo, he aprendido. Eso decía Aristóteles. Ponele. Pero sí, es cierto. Lo decía.
Después de una regresión de un mes y monedas, supongo que en gran parte debido al nacimiento de su hermanita, Mateo volvió a quedarse parado y a dar pasitos sin ayuda. Sin sostén. Bah, qué digo, con el sostén de su cuerpecito de bebe-niño que tanto hay que cuidar y que él, sobre todo, deberá cuidar.
A veces pienso que cada uno tiene un camino especial, diferente al resto. Entonces me repito en silencio: Cada uno tiene su camino y cada cuál es como es. Con lo que puede. Y esto último corre para todos, los lesionados y los "sanos" o "normales" como el 99% de la población humana.
Yo siempre me sentí especial por ser zurda, ¿sabían...? Por escribir con la mano izquierda. ¿Qué deberé aprender de mi hijo que además de ser un montón de cosas forma parte de ese único 1% de personas en el mundo que convive con algún tipo de discapacidad...? Mucho, supongo. A veces lo miro hacer y deshacer, sonreír o quejarse, llorar o dormir y le busco los ojos esperando que me devuelva esa mirada limpia y auténtica respondiéndome en silencio que él, en el final y después de todo, estará bien. Que él será feliz con lo que pueda y no pueda hacer.
Con el tiempo entendí que ser feliz es un ejercicio de vida y una actitud que excede al sujeto que practica esa felicidad. Es una elección. Más allá de todo, del desconsuelo, de las condiciones o limitaciones que tengamos, del sufrimiento... ser feliz puede elegirse, a pesar de todo. Y saberlo es maravilloso, porque realmente no importa. Nadie ni nada puede quitarnos la posibilidad de elegir ser felices con lo que nos toca.
Mateo está feliz de moverse, de saber que a los demás también nos maravilla, y no hace otra cosa que hacerlo. Moverse. Ergo, como diría Aristóteles, vivir.
De eso se trata, entre otras tantas cosas, esa acción humana que llamamos "moverse". Porque el que se mueve está vivo, he aprendido. Eso decía Aristóteles. Ponele. Pero sí, es cierto. Lo decía.
Después de una regresión de un mes y monedas, supongo que en gran parte debido al nacimiento de su hermanita, Mateo volvió a quedarse parado y a dar pasitos sin ayuda. Sin sostén. Bah, qué digo, con el sostén de su cuerpecito de bebe-niño que tanto hay que cuidar y que él, sobre todo, deberá cuidar.
A veces pienso que cada uno tiene un camino especial, diferente al resto. Entonces me repito en silencio: Cada uno tiene su camino y cada cuál es como es. Con lo que puede. Y esto último corre para todos, los lesionados y los "sanos" o "normales" como el 99% de la población humana.
Yo siempre me sentí especial por ser zurda, ¿sabían...? Por escribir con la mano izquierda. ¿Qué deberé aprender de mi hijo que además de ser un montón de cosas forma parte de ese único 1% de personas en el mundo que convive con algún tipo de discapacidad...? Mucho, supongo. A veces lo miro hacer y deshacer, sonreír o quejarse, llorar o dormir y le busco los ojos esperando que me devuelva esa mirada limpia y auténtica respondiéndome en silencio que él, en el final y después de todo, estará bien. Que él será feliz con lo que pueda y no pueda hacer.
Con el tiempo entendí que ser feliz es un ejercicio de vida y una actitud que excede al sujeto que practica esa felicidad. Es una elección. Más allá de todo, del desconsuelo, de las condiciones o limitaciones que tengamos, del sufrimiento... ser feliz puede elegirse, a pesar de todo. Y saberlo es maravilloso, porque realmente no importa. Nadie ni nada puede quitarnos la posibilidad de elegir ser felices con lo que nos toca.
Mateo está feliz de moverse, de saber que a los demás también nos maravilla, y no hace otra cosa que hacerlo. Moverse. Ergo, como diría Aristóteles, vivir.
Hola Vicky como estas. Me gustaría que pudiéramos hablar. Mi bebé tiene 20 meses y tiene LP. Un abrazo!!!
ResponderEliminarTermine de leer tus post. Muchas gracias, renueves mis fuerzas. Ojala podamos hablar, un abrazo!!!
ResponderEliminarHola Sandra! Leí todos tus comentarios. Por supuesto que podemos hablar, si querés escribime a victoria@ylarri.com.ar y charlamos por ahí, te paso mi número. Saludos.
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