A veces me gusta escribir desde mi lugar de madre y no sólo desde la lpv de Mateo. Sé que este blog nació a los gritos buscando alguna explicación a partir del crudo diagnóstico de mi hijo mayor... es lógico que el tinte del discurso y su contenido sea casi médico. Aunque la cátedra de neurología no sea el único objetivo de este espacio.
Este post es diferente. O no.
Este post es diferente. O no.
Estoy por tener a Clara. Feliz, esperándola. Tranquila. Me pregunto qué vendrá a aprender Clarita al mundo... y qué vendrá a enseñarnos. Ya, de por sí, por el mero hecho de que exista, me parece fascinante y maravillosa la curiosidad de preguntarme cómo será, física y emocionalmente hablando.
A Clara, mi hija por nacer
Mi querida Clara, mi pequeña bebé que estás en camino, tipeo estas letras para expresarte cómo me siento con este segundo embarazo. Son tantas las cosas que hemos hecho juntas en estos casi nueve meses que podría afirmar que el tiempo se pasó volando. Tan pero tan rápido pasó, que confieso que hemos tenido poco tiempo para nosotras. Para encontrarnos, hablarnos, conectarnos... podría sentirme culposa, pero no. Los momentos (breves pero suficientes) que hemos tenido para las dos los he disfrutado mucho. Es curioso cómo el cuerpo encuentra los momentos para recordarme que estás conmigo, que seguís creciendo y pateando y que algún día de estos te veré la carita.
Los miedos durante el segundo embarazo son bien distintos, porque ya sé que te voy a curar bien tu ombliguito, que no te voy a dejar sin dedo cuando tenga que cortarte las uñas, que sos tan flexible que tus brazos entrarán y saldrán bien al vestirte… Tengo, sin embargo, la sensación de que no podré dedicarte 100% de mi tiempo en exclusiva, porque tenés un hermano mayor que te abrió el camino, que preparó todo para que tu llegada sea preciosa. Y por más de que no pueda detenerme horas viendo cómo dormís, pienso llevarte cerca de mi pecho mientras lo hagas.
Los embarazos son distintos, ustedes también. Yo también. Papá también. Eso, sin embargo, no quita que nuestro amor por vos sea incondicional, muy similar al que debe sentir Dios por nosotros. Es un amor que no se explica, que fluye siempre, aunque haya momentos oscuros, de distanciamiento... el amor de una madre permanece. Se agranda y se vuelve cada vez más fuerte. Es un terrible acto de coraje, ¿sabías...? Amar a un hijo es exponerse a todo tipo de dolor. Y no importa, vale la pena igual.
El momento de nuestro reencuentro está muy cerquita, solo unas semanas. Te prometo que va a ser mágico y especial. Suceda lo que suceda voy a colaborar de la mejor forma para que tu recibimiento esté lleno de amor. Aprendí que las circunstancias no siempre te acompañan como habías pensado, que tener expectativas demasiado fijas y cerradas te limita a experimentar lo que ocurrre (la vida) impidiendo sacarles todo el jugo.
Acá afuera, además de papá, Mateo y yo, te están esperando decenas de personas maravillosas que están deseando conocerte y otras tantas que aún no lo saben pero se cruzarán en tu vida para acompañarte a vivir momentos mágicos. La vida pasa deprisa Clara, disfrutala: queré mucho; atrevete a experimentar; enfentá tus miedos; mantené la fe en las personas; cultivá tu mente, tu espíritu y dale rienda suelta a tu cuerpo; experimentá; nunca te arrepientas de haber intentado algo y en lugar de eso aprendé; no permitas que nadie te haga sentir inferior, todos somos distintos pero ninguna persona vale menos que otra; pedí perdón cuando te equivoques; decí “te amo” cada vez que lo sientas; escuchá tu voz interior, que nunca se silencie, tenés un instinto que te guía; VIVÍ Clara, que al final de tu vida tengas la sensación de que disfrutaste de ella, de que dejaste una huella.
Te quiero, mi bebé más pequeña. Nos vemos en unos días.
Mamá.
Mamá.
Hola Vicky, hermosas tus palabras para con Clara, tu bejamina. Reflejan tal cual el testimonio de una mamá que va a ser mamá por segunda vez pero para clara por primera vez. Es así, creo que habria que reveer el concepto de primogénito porque con cada hijo se es mamá por primera vez, somos primerizos por el sólo hecho de que cada hijo llega en un momento unico de la vida, con promesas diferentes, con enseñanzas distintas, con sueños quizas semejantes pero eso semejantes, con los mismos deseos de que sean felices y que jamas le falte amor.
ResponderEliminarCada experiencia es completamente diferente como lo es cada relacion que tenemos en nuestras vidas, aun teniendo amigos mellizos o gemelos no es igual nuestra relación con ellos porque aun siendo mellizos o gemelos no son iguales. Somos humanos y con ello acarreamos el ser persona, y eso indudablemente nos hace únicos e irreemplazables a cada uno de nosotros.
Los mejores deseos para Clara, Mateo y ustedes!!!
Es todo un aprendizaje ser mamá de dos niños, porque estamos acostumbradas a darle el 100% de nuestro ser a uno y creemos que no vamos a poder dividirnos, llevo 6 meses aprendiendo a ser mamá de dos pequeños jeje pero de algo te aseguro nuestro corazon se multiplica de tal manera que podemos darle tanto amor a ambos como deseamos!
Exitos y hasta el proximo blog! y gracias
Muchas gracias, Vanina! Gracias por leerme. Me alegra que este blog te sirva. :)
Eliminar